Me dijiste que te fuiste y te quedaste allí
Tras el cristal líquido de tu ventana
esperando una palabra mía que llegara por el mar
peinando el aire del planeta,los risos helados
de cirros y alto cúmulos.
Conociendo iba de a poco
cada milímetro de tus ojos,
el nudo en tus cabellos, tu mirar,
tu sentir, tu manera de amar y de reír.
Cada mañana despertaba para leerte
eras algo así como una oración
con fragancia de rosas,
de esas que me enviabas
con olor a brisa perfumada del océano
leía y respiraba en cada frase
creyendo que era tu voz la que llegaba
y no pensaba en otra cosa que en tus versos
de amor ausentes, perdidos para siempre
hasta dolerme...
© Gabriel Cordears
5 comentarios:
mmm bueno, si se perdieron entonces no pueden doler, al menos así lo entiendo yo.
y es lo que tiene la fragancia de rosas, que a veces, muchas veces, se nos olvidan aquellas espinas que encontramos al cortarla.
wooo que bonito este.
Pues duele cuando pierdes lo que más quieres...
lo que más quieres?
mmmmm , que fuerte, si?
Escritor sublime...
Poema triste pero bello
abrazos
misterio
Publicar un comentario