Si no puedo olvidarte, dejaré algo para ti, cuando regreses y en polvo que el viento lleva me haya convertido.
24 de marzo de 2008
I
Mis manos al pasar serán palomas Deshojándose inquietas por la calle Y el silencio pedirá permiso Para gritar con fuerza lo guardado ¿Cómo dejar dentro esta alegría que me brota de pronto sin quererlo? ¿Cómo ocultar el fuego en la mirada y el temblor en las manos al rozarte? ¡Ah! Si el amor no se expresara qué tormento sería esta dulzura! Poder decirle al viento y a la noche El misterio que guardo en mis entrañas Poder gritarle al mundo mi secreto. Y llenar mi silencio de palabras.
II
Te imagino montando algún caballo temerario El aire va tejiendo un poncho tenue para envolver tu cuerpo con bagualas Cruzando la quebrada y remontando ríos solitarios recorriendo inescrutable tu distancia indefinida la mirada En tu caballo vas por los caminos como la sombra absurda del olvido envuelto en el pondo de las bagualas que cada noche teje el infinito. Allí estás más alto y más lejano y otra vez el camino y la distancia.
III
Hay ruido de motores de gritos apagados. Hay gente sometida a la indefensa ternura del rebaño. La sangre está quemando sus fronteras porque hay un cerro que me llama. Hay una casa abierta a los amigos y un corazón en calma. Hay tres rostros que miran desde lejos y contemplan asombrados mi nostalgia.
IV
Yo me quedé una tarde salpicando tu nombre con estrellas inventadas.
V
Mientras recorro tu silencio tan sólo con miradas, desesperada vuelo para alcanzar verdades -y estoy en un camino sin regresos- He desandado penas y nostalgias para buscar tus manos tan lejanas Imagen furtiva de mi llanto es el rocío gris de las mañanas. Compañero en mil caminos: es vocación de pájaro y yo vuelo escapando de la jaula de tus brazos.
VI
Te parecías al silencio de las noches de otoño Y te llamabas viento en mis montañas (trasnochadas de lunas y bagualas) Vos eras río serpenteando en las distancias (en un camino que andaba en mis nostalgias).
VII
El viento se me pega a los zapatos y no puedo quedarme, No quiero que la luna me detenga ni que unos ojos se conviertan en la excusa necesaria. Busco lluvia de flores, de selva, de ramas enlazadas. Busco hombres que no duden y respondan al llamado de la sangre con su sangre al adiós con adioses, a la muerte con muerte sin palabras Hoy no puedo quedarme. Alguna voz llama desde otra parte y al oírla, el corazón se vuelve pájaro y estalla...
VIII
No me torturen más Soy viento, soy llovizna, soy arena
IX
Así aprendí que la primera mirada puede llegar vibrando en las pestañas Así aprendí que tu silencio es una herida más para mi sangre.
X
Con las armas de trabajo cotidiano: El lápiz, el pa0pel, la lapicera, Estoy haciendo un collar De poemas
XI
Elegir soledad para que te sacuda el viento Elegir viento para ser polvo y ser ceniza Elegir polvo, ceniza Elegir agua de lluvia Hacer estatuas en los parques y acunar en los brazos un silencio.
XII
Salí una madrugada enfrentando las calles de la ciudad gastada Se descolgó el paisaje en angustia de árboles.
XIII
Vuelvo sobre tus pasos cada tarde dibujando tu nombre en las ventanas Rehaciendo tu cara entre mis manos mientras espero tus palabras que necesito para hablarte Yo volveré a buscarte en la lluvia de enero y en los cerros helados, donde tus ojos mansos quedaron asombrados. Porque yo sé que estás y que no has muerto Porque sigo viviendo de tus gestos Vuelvo por vos y de tu ausencia regreso para que sea cierto.
XIV
Y debo proseguir mi amigo: caminando con tizas de colores escribiré tu nombre en cada plaza los niños y los viejos y las palomas grises buscarán tu presencia entre los árboles y mis manos se hacen alas para ir a buscarte.
XIV
Yo que creí ser fuerte, Me vi llorar sobre mis versos y fui savia cayendo lentamente y las raíces se ablandaron saliendo de la tierra. Dejé de ser árbol poderoso doblándome a la tierra milenaria Y en la selva gigantesca fui brizna quebradiza Yo fui, yo fui, yo era.
XVI
Tengo el olor de tu piel, tu voz en mis oídos toda tu imagen, tu rostro en mis rodillas, apoyado. Y volverás a estar así otras mañanas.
XVII
Vienen todas las voces Cantando vienen a vivir conmigo los ausentes ¿Dónde están? Yo pregunto. Yo respondo nadie sabe.
XVIII
¡Qué tanto! ya me jodieron bastante. Encadenaron mis pájaros de viento y no les dije nada. Salí a comprar una manzana pero estaba prohibida (por su color) o por su asunto de Adán y Eva. Quise estudiar astronomía y tampoco pude (no fuera que los rusos enseñaran marxismo entre las nubes). Quise danzar los pensamientos y me pusieron botas en los pies desnudos. Siguen jodiendo, pero ahora, robamos por docenas las manzanas. Por las noches, en balcones sin luces brotan ojos que estudian los sputniks. Y mañana, cuando festejen no sé bien qué fecha solemne verán pasar mis pájaros de viento.
XIX
A lo lejos, los cerros. lo lejos. He traído la tierra que más quiero atrapada en los ojos, enredada en el pelo.
Entre esas montañas, guardo la leve fibra que me une a la vida.
XX
Único desafío: seguir viviendo aunque dure la ausencia.
XXI
Ríos secos transitan el largo territorio de mi cuerpo. Crecen montañas, caen piedras, rumorea el monte aquí dentro y florecen los tarcos en noviembre. El huracán sacude mi arboleda. Afuera está la piel en calma tensa.
En mis manos tu barro, te moldeo con ternura. Mi soplo y mi caricia dieron ser a la curva que te inicia. Si carne te pensé, viento te veo. Vaciada ya tu forma, me recreo, te atesoro. No culpes mi codicia. Alta puse la mira: tu primicia esculpida a cincel en mi deseo. Yo, escultor, sólo pido por mi arte el contemplar mi obra: contemplarte. Pero tú ya eres tú, aunque eras mía, y si una vez te arredra mi egoísmo, puedes irte si quieres. Me es lo mismo. Te crearé, de nuevo, cualquier día.
RUTANGENTE
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En la inmensidad
la ruta
tangente hacia mí
me trae el recuerdo
que aviva la luz.
Hoy te miré
como reflejo que eres
pálida luna
distante y ...
MELODíASdelALMA
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No oirá mi alma
mejor melodía
que su voz gimiendo
repitiendo mi nombre
una y tantas veces
como tantas
arremeta en su cuerpo en celo...
*Gabriel Cordears*
1 comentario:
Vaya, pensé que era tuyo. Me gustó especialmente la parte IX, me llegó, entiendo de eso y llegó, vaya que si llegó.
-Calma tensa- dice el cierre pero yo más que nada tuve la sensación de que la ausencia se mueve, despacito, pero va.
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